viernes, 15 de febrero de 2019

Bye bye bye




Amigos (los dos o tres que todavía leían esto de vez en cuando),

Esto es sólo una confirmación escrita de algo que lo hechos dejaban muy claro. Un tener los huevos de despedirme formalmente y asumir que ya no me va esta vaina, al menos en esta fase de mi vida. Este blog ha sido para mí casi como un diario de pajas mentales, arrebatos de idealismo y enfados supinos contra la academia. A veces, también, he compartido trocitos más personales, en este punto exhibicionista del que tanto goza el ego en la veintena.

Siento que muchas veces escribía enfadada, dando por sentando que mi opinión era la única y más válida. Ciertos cambios en la vida, cierta madurez tardía, ciertas enseñanzas por las que estoy infinitamente agradecida, me han enseñado que la lucha es otra o, más bien, que no hay lucha. La vida, a fin de cuentas, me ha venido a enseñar en carne, huesos, sudor y lágrimas, en inviernos austeros y veranos estrellados, todo aquéllo que yo promulgaba y que, aunque estaba dentro de mí, sólo sabía expresar a través de lo intelectual y académico. De la frialdad de la razón y el miedo a no ser suficiente.

Este ya no es mi lenguaje, pero me despido de él con mucho agradecimiento por todas las herramientas que me ha dado, y porque sin él seguramente no estaría donde estoy hoy. Y también os agradezco de corazón a todos el calorcito que le distéis en su día a este blog, y todo el amor que me dais todos los días.

FUE UN PLACER.

¡Hasta pronto!

Ana

PD. Después de escribir esto me he dado cuenta de que hoy hace justo un año de la última publicación. Las casualidades no existen.