jueves, 29 de diciembre de 2016

Cerebro y sensibilidad


La sabiduría no depende solamente del cerebro frontal. La verdadera sabiduría nace del tálamo y del hipotálamo. La sabiduría es fuerte cuando estos cerebros son fuertes. Cuando se leen muchas obras filosóficas, únicamente trabaja el cerebro intelectual mientras que el cerebro primitivo se debilita. De este modo nace un desequilibrio entre los dos, en algunos casos productor de cansancio, de neurosis o de locura. La memoria se debilita cada vez más y se fatiga, aunque el cerebro frontal esté bien desarrollado por la lectura de libros, hasta desaparecer con la vejez. 

Las cosas se graban en el cerebro a través del hipotálamo. Únicamente la esencia de las cosas permanece en el subconsciente y durante el zazen surge a la superficie. Las cosas que han impresionado fuertemente a mi cuerpo (no se trata de pensamientos sexuales) vuelven a surgir gracias al zazen. Los sutras, las conferencias de mi Maestro, todas las cosas importantes han marcado mi tálamo y no mi memoria.

Sin embargo, en mi época de estudiante sufrí mucho intentando almacenar saber y más saber para aprobar los exámenes. Pero lo he olvidado todo. 

Durante el zazen, cuando hablo, las palabras penetran en vuestro tálamo y se convierten en semillas que brotarán dentro de cinco, de diez o de veinte años y se convertirán en sabiduría. 

Esta es la psicología más elevada. 




A Carmen, porque su valentía no conoce límites ni en el dolor más extremo. 

 A Cris, por presentarme al maestro Deshimaru.

Y a todos aquéllos que, como ellas, habéis sembrado las partes más recónditas de mi cerebro. 



miércoles, 14 de diciembre de 2016

Ángel González, el fantasma de la Navidad pasada



21 de diciembre de 2014. Cecilia rompe a a llorar en el concierto de Navidad del MET, Bea esucha alguna de las conferencias sobre Malevich, emocionada, Miguel Ángel responde al teléfono tratando de contener las lágrimas. Los muros de facebook se inundan de elegías y agradecimiento. Ángel González ha muerto. 

Nunca llegué a conocer a Ángel González. Cuando por curso académico me correspondía como profesor, estaba huida en lo cielos de Florencia y Granada. Más tarde, al empezar a trabajar en la facultad, cruzamos alguna palabra en la cafetería, pero estaba ya enfermo, y muy cansado. Sin embargo, puedo ver como tocó la vida de mucha gente, historiadores del arte en su mayoría, y como llenó de orgullo y poesía nuestra profesión. 

Fue tras leer Roma en cuatro pasos cuando fundé este cuaderno de notas y bibelots. Cuando entendí el poder de lo fragmentario, de las ideas puras, de implicarse realmente con lo que se escribe y ajustarse a lo formatos sólo cuando a uno le da la puta gana. A ser un poco urraca y buscar en la pintura el reflejo del barniz, algún rayo de sol, una nariz simpática. Separar el ojo de la visión, exorcizarlo de nuestro ego e intelecto, que es lo mismo. Y, por fin, ser libres. 

No conocí a Ángel González, pero el ejercicio de libertad que fue su vida y su carrera es el mejor de lo ejemplos a seguir. La perfección de lo imperfecto, la belleza de la honestidad. Ayer, en nuestro homenaje particular, Eva exclamaba: "¡Ángel hizo siempre lo que le dio la gana!". No cometamos nosotros el error de no hacer lo mismo. Todavía estamos a tiempo. 

sábado, 3 de diciembre de 2016

Somos luna


Dos veces este año, en Londres y en Sevilla, me ha mirado desde arriba la Inmaculada de Velázquez. La pillé en sus últimas funciones en la National Gallery, y ayer casi me guiña un ojo en la expo temporal de los Venerables. Parece que me persiga, de la misma forma que estos días me persigo yo a mí misma. Y la respuesta, para Ella, para todas, para mí: somos luna. Movemos el mar, las ballenas, engendramos criaturas como las que mis hermanas gestan estos días, y las que yo misma gestaré pronto. Acariciamos a los lobos hasta que nos veneran. Y a veces se van. Como nuestra sangre cada mes, como el océano lamiendo las costas intermitentemente. No me extraña que nos tengan tanto miedo. 

Warsan Shire escribió esto para Lemonade (Beyoncé, 2016) y me parece simplemente perfecto: 

Whenever he pulls out...loss. Dear moon, we blame you for floods...for the flush of blood...for men who are also wolves. We blame for the night, for the dark, for the ghosts.