viernes, 15 de diciembre de 2017

Francisco de Goya y Lucientes, social media manager




El sueño de la razón produce monstruos es posiblemente una de las sentencias más certeras de la historia, en la cual es difícil discernir si Goya se mofaba a mandíbula batiente del proyecto de la Ilustración, o lloraba desde su trinchera melancólica por todas las heridas morales que la Luz había abierto en España. El pintor era tan bueno ideando "pies de foto", plasmando gestos y expresiones faciales, que muchas de sus obras fueron succionadas un siglo y medio después por otro sueño, mucho más monstruoso si cabe, en forma de numerosos memes e interpretaciones virales de sus grabados y pinturas. 



Pero, ¿y si Goya hubiese inventado este formato él mismo? La universalidad de El Bobalicón, incluso sin necesidad de texto, no puede no pensarse desde la misma fuerza creadora que alimenta hoy el universo meme, no puede. Como tampoco la sagacidad de sus líneas escritas acompañando las series de grabados pueden pensarse sin remitir al marketing contemporáneo (el que es bueno) de Instagram. Damm Goya, you did it again!


viernes, 1 de septiembre de 2017

Anatomía (obvia) de un éxito



Admitámoslo. El videoclip de Despacito es una puta mierda. Al menos si usamos el baremo de la originalidad. Sí, las tías están buenas y todo eso, pero nada que no hayamos visto ya. Resulta más acertado pensar que Despacito "se nos mete por los intestinos" no porque contenga cadencias melódicas de Mahler, como he leído ya en algún artículo, sino porque está construido a partir de una secuencia rítmica asincopada (tun-tu-tun), característica del reggaeton -base también del reggae, el dancehall, el ska y diversos géneros latinoamericanos donde ha habido presencia africana-, 
que es casi tan antigua como el fuego, punto pelota. Esto ya lo comentaba hace poco Shakira en alguna entrevista, justificando así el uso de la fórmula en sus temas. Si lo unimos a que este tipo de hits suele sonar en situaciones en las que es frecuente la ingesta de alcohol (among others), obtenemos una fórmula magistral, todavía más antigua si cabe. La música popular y los psicotrópicos nos ayudan a conectar con nuestro ser más intuitivo y nos sacan un poco de los automatismos del día a día, y esto ocurre tanto en los rituales de fertilidad incas como en la verbena de tu pueblo. En definitiva, como diría mi amigo Gonzalo, la fiesta popular está para fomentar el folleteo, de toda la vida de Dios. Y eso siempre gusta, por muy intelectual que sea uno. 





¿Qué ha pasado entonces con Despacito? ¿Por qué Despacito y no cualquiera de los otros 200 temas de pachangueo que se han lanzado este verano? La primera vez que reflexioné sobre esto fue al ver unas chicas de despedida de soltera cuyas camisetas llevaban impreso "DES-PA-CITO". Y es que no es sólo lo que se dice, sino cómo se dice, y en particular el concepto de DESPACITO conecta con la comunidad latinoamericana a niveles muy muy profundos porque condensa en una sola palabra, una sola, todo un estilo de vida, una filosofía entera. En serio, Justin Bieber no queda mal en el remix porque no sepa pronunciar castellano, sino porque no es capaz de sentir lo que esta canción transmite. Después de todo, qué puede esperarse de una cultura que usa el mismo término para decir suave y blando. Un guiri, un anglosajón criado en la ética protestante del trabajo y la producción, no está configurado para entender la esencia de lo que la expresión Des-pa-cito (o suavecito, o poquito a poquito....) conlleva, y en eso los tíos estos, queriéndolo o no, han sido unos putos genios. Y eso le da a esta canción la categoría de himno, mostrando una vez más la potencia que Latinoamérica tiene cuando se  pone de acuerdo. Quizá por eso hubo que meter al gringo en el ajo, no fuera a ser. En fin, que con tamaño pepino entre manos podían haber puesto un mono despiojándose en el vídeo, y hubiese dado exactamente igual. BRAVO, en serio. 

sábado, 15 de julio de 2017

BRITISH TRASH_episodio cinco (4 años después)



BITCH, I'm back!




Vengo de una cueva de estalactitas y suspiros que algunos llaman doctorado. Vengo del silencio y del repliegue, de no enterarme de lo que se cocía, de buscar un reflejo en la pantalla de mi ordenador. Pero de las quejas no se vive y he vuelto para quedarme. Cerrando un círculo muy redondo y redondeado por las olas de cuatro años y medio, este blog regresa donde empezó, para tomar impulso. British trash, que es lo nuestro. Seré breve porque sabéis que me gustan las golosinas como esta, la puntita solamente. 


Sólo necesitáis saber dos palabras: JOHN BULMER. Google imágenes hará el resto. Y deleitaros por favor en lo que yo creo que ha tenido que inspirar muchos planos del neo drama dickensiano: Trainspotting, Pride, This is England. 



La buena noticia es que podéis ver las fotografías en la expo que PHOTOESPAÑA ha organizado en la Fundación Telefónica para conmemorar el centenario de la cámara Leica. La mala, que hace demasiado calor para que os calcéis las Doc. Martens. 

viernes, 9 de junio de 2017

GRACIAS/THANK YOU/NAMASTÉ

Estoy en el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK), un hospital militar a 20 kilómetros de La Habana, 20 kilómetros que en ese momento a mí me parecen 200. Noto como la fiebre sube. No puedo dejar de seguir con la mirada el balanceo del reloj del médico mientras éste negocia con mi seguro. Ahora estoy muerta de miedo y vergüenza, a punto de hablar en el Institute of Fine Arts sobre la influencia francesa en Cuba. La fiebre es distinta pero es la misma, al igual que la ilusión de que toda esa tensión merece la pena. Todo aquél que haya llevado a término una tesis doctoral sabe esto: he pasado la mayor parte del tiempo sola. Sola en la biblioteca. Sola en un archivo de Segovia, de Sevilla, de La Habana. Sola en la Hispanic Society, en mi despacho enmoquetado de Londres, en una habitación de hotel en Asheville (NC), en una buhardilla de Maastricht, sola en mil y un trayectos de Ave que parecían siempre el mismo.

Sin embargo, los mismos que conocen ese aislamiento y la lucha constante con uno mismo, saben también, como yo, que todo esto no es posible sin ayuda. Sin un buen director de tesis, sin el encomiable trabajo de los facultativos de archivo, sin conversaciones en cafeterías y en despachos y en bares, con académicos y con amigos, con tu familia, conversaciones que a veces llegan como un rayo eléctrico desbaratando todo lo que habías pensado hasta el momento, o cargándolo de energía para impulsarte a seguir.  Con todo lo bueno y todo lo malo, recordaré estos años con mucha ternura y emoción en el futuro. Así pues, independientemente del valor científico que pueda o no resultar de esta investigación, estoy plenamente agradecida, especialmente a todos aquellos que me han ayudado a recorrer el camino.  

Quiero mencionar, en primer lugar, a los compañeros del proyecto de investigación Arquitecturas Dibujadas. Ingenieros Militares en Cuba (1764-1898), cuyo apoyo institucional y humano ha sido el principal motor de esta tesis. Gracias a Alfredo J. Morales, por brindarme esta oportunidad y sostenerla en el tiempo. A Pedro Cruz, mi compañero de beca, por su optimismo inquebrantable y por acompañarme en tantas y tantas aventuras al otro lado el Atlántico. Y, por supuesto, gracias a mi director de tesis, Miguel Ángel Castillo, porque en sus clases de Renacimiento, hace ya más de diez años, decidí que necesitaba dedicarme a esto, y por mostrarme a veces su niño interior, un tesoro que no todo el mundo tiene la oportunidad de conocer. 

La mayor parte de mi trabajo en La Habana no habría sido posible sin la inestimable ayuda de la profesora Alicia García Santana, ni la colaboración de los trabajadores del Archivo y la Biblioteca Nacional, ni todo el mimo y celo de mi familia cubana: Marta, Jimmy, Joan y Manu. A todos ellos, y a mis vecinos lindos del barrio de Cayo Hueso, gracias. A Ada Ferrer tengo que agradecerle el hacer posible mi estancia en la NYU y facilitarme el camino en todas las maneras posibles, así como a Holly Clayson por su estimulante seminario, y a los colegas con los que tuve oportunidad de compartirlo. Gracias también a Ceci y a Linda, por refugiarme en sus apartamentos del Village y Harlem, respectivamente, a Gustavo Pérez Firmat y a Sybille Fischer por colorear conmigo algunas de las zonas grises de esta investigación, a Miriam por tantas tardes en Avery Library y a mis compañeros de W 137 St. 

A Steve Pile no puedo agradecerle con palabras. Y menos en castellano. Sólo decir que ha sido un honor pensar con él y descubrir que hay espacio en la academia para todas las maneras de sentir y trabajar. Gracias a mi hogar de MK, especialmente al pequeño gran Krithick. Gracias a Javier Moscoso, a Miriam Chorne y a Jorge Alemán, por ponerme en la pista de las emociones y el psicoanálisis como valor epistemológico. A mis compañeros y amigos de Lecturas Comunes, por toda la sabiduría y el amor que habéis traído a este trabajo. Vaya también mi Agradecimiento mayúsculo al extraordinario personal del Archivo General Militar de Madrid, un lugar que considero mi hogar y donde han ocurrido las cosas más bellas.

Gracias a esos amigos que, por casualidades de la vida, han transcendido el ámbito personal y han acabado sembrando flores en el campo de batalla: Sergio, Carmen, Alejandra. Gracias también a Carlos por poner mi cabeza en un plano, literalmente. Gracias a Juan Cruz y al pequeño milagro de Piedra Papel Libros. Gracias a Amparo de Andrés, a mis compañeros de góspel, a Beyoncé Giselle Knowles-Carter, a mis maestros de yoga, a mis loritos, a Cuéntame, y a todas las mujeres que se empeñan en mejorar esta profesión. Y lo consiguen. En vosotros he encontrado la paz, energía e inspiración necesarias para sobrellevar las etapas más duras.  
Con mi familia y amigos he experimentado una gratitud y un amor difíciles de registrar aquí. Amigos. Nadie más. El resto es selva, como diría el poeta. A mi camada del Arcángel, y especialmente a Julia, las Anas y Celia, porque crecer con vosotros es un regalo. A mis marujas del alma y mis hermanas de Villager. A Nacho, Ana Clara, Marta, Luna, Irene, Cris. A mi compañera de piso y Delicias, Teresa Bellón. A mi abuelo Garcilaso, por su ejemplo intachable y su infinita ternura. A tía Pili, mi madrina querida, os siento sonreír desde arriba. A mi familia gallega, la red más surrealista, pero más segura que conozco, en especial a mi abuela Maruja, cuyo espíritu llevo siempre conmigo. 

Y por último, y más importante: A mi madre, por enseñarme a leer, a escribir y a vivir, aunque no sé muy bien en qué orden; a mi padre, por hacer saltar en mí la chispa de la curiosidad, y poseer la melodía secreta que me apacigua siempre. A mi hermana María, mi alma gemela, el ser vivo más extraordinario que conozco.  Todo lo que hago lleva y llevará siempre vuestra dulce huella. De todo corazón….GRACIAS.  
 Ana Amigo 
Junio de 2017 

martes, 9 de mayo de 2017

CYTISUS SCOPARIUS (Reflexiones sobre el amor, bonus track)


Como todo lo bueno en la vida -la meditación, el amor, los orgasmos vaginales, una buena pedicura-, la floración no se practica, la floración sucede. Cierto es que tienen que existir unas condiciones en las que se enmarque este acontecimiento, pero el hecho en sí escapa a nuestro control, sólo hay que ser puesto que no hay nada que podamos hacer. Un mantra que aprendí a base de eternas sesiones de yoga y no pocos escarceos por los indomesticados mundos de Yahoo Respuestas, cuando todavía no era capaz de ver el inmenso regalo que me había traído el otoño. 

El otro día me planté delante del público más exigente que he tenido nunca, mis amigos, y dije unas palabras que nunca pensé que pronunciaría: "El amor no es querer a una persona y que ella te quiera a ti, el amor es estar con una persona que saca lo mejor de ti mismo, que te hace quererte como nunca te habías querido". Nunca queramos menos que eso, hagámonos esa promesa. Así, enfundada en un vestido hortera y luciendo con orgullo unos anillos de mi abuela, sucedió mi floración. Hiroshima en el pecho. 

No sé si conocen la planta de la escoba. En mi valle es un manto verde que cubre el monte, y que antaño se dejaba secar y se anudaba a un palo para poder barrer la muerte y las migas, dejar la acera limpia. Tía Pili me hacía coleccionar las retamas en un pequeño álbum botánico que todavía conservo, y papá siempre dice que cuando la escoba florece es como si toda las laderas se cubriesen de sol, en estampida, de un día para otro. 

Ilusa yo que he estado barriendo arena y lombrices todos estos años, cortando las ramas antes de tiempo, cuando la vida me tenía reservada tanta luz y tanto amor.  Y tantas flores. 



A Ana, a Dani y a Duna, para que sean la mitad de felices de lo que fuimos todos en su boda. 

Y a mis amigos, siempre  y para siempre. 
Aunque nunca encontraré las palabras que expresen toda la gratitud que les profeso.  

miércoles, 19 de abril de 2017

Kaffeeklatsch inspirational quotes #3


La violencia sexual contra las mujeres no es obscena, 
mientras que la curiosidad sexual femenina sí lo es. 


Naomi Wolf, El mito de la belleza 

lunes, 10 de abril de 2017

Te fuiste sin despedirte

Querida Tía Pili, 

Te fuiste sin despedirte, y no te lo voy a perdonar.  

Te perdono que me dejases sola en la cama cuando, vencida por el sueño, me desplomaba en tu colchón de lana después de haberte convencido de que todos los fantasmas que me desvelaban eran ciertos, y tu conseguías escabullirte. Te perdono los Ducados. Te perdono aquella ostia a mano abierta que me diste una vez para que superase mi fobia a los fuegos artificiales, te perdono tus ronquidos y tus platos de cuchara las mañanas de resaca. Te perdono todas las veces que te metiste conmigo por ser de Madrid, por no saber cómo se llamaban los árboles ni cómo vestirme cuando había un metro de nieve. Te perdono todo lo que me has malcriado con tus regalos inesperados y tu santa paciencia y tu bicicleta verde. Te perdono tu colección infumable de novelas policíacas, y que me robases siempre los libros de Manolito para leerlos a escondidas. Te perdono todas y cada una de las broncas, y fueron muchas: por las estrellas de cine, la política, los curas, la comida de las Nieves, las culturas africanas, la falda demasiado corta o las horas demasiado largas. Te perdono que siempre se te olvidase traer a Villager, casualmente, las mejores temporadas de The Wire, y que te empeñases en tener siempre la última palabra. 

Y así fue, tuya. Tuya la muerte y la palabra última. Así te fuiste. Sin avisar, sin despedirte, dándonos una última lección magistral, recordándonos lo azaroso de la vida. Tia Pili de pintalabios rojo y cejas perfectas, siempre con tu diccionario en mano y tu sudoku. Tía Pili... te fuiste sin despedirte y eso no te lo puedo perdonar. Espero que tú, allá donde estés, hayas podido perdonarme a mí. 

Con todo el amor del mundo, tu sobrina que te quiere

Ana

viernes, 31 de marzo de 2017

Kaffeeklatsch inspirational quotes #2



Sin embargo, se pretende que somos convocadas a los espacios sociales en tanto iguales, se asume que “no existen diferencias”; más aún, a esta noción se la valora como la más progresista de todas y así, una y otra vez nos vemos compelidas a incorporarnos, escindida y frustrantemente, a un universo de racionalidad masculina. Y ahí es donde empezamos a sentir que algo no cuadra y, por lo general, no nos quedan sino dos caminos: o bien nos esforzamos todo lo que podemos para "encajar" en ese esquema, traicionando una gran e importante parte de nosotras mismas, comenzando a experimentar un persistente sentimiento de "estar en falta", de exigirnos a nosotras mismas la prueba de nuestra propia "igualdad". O bien nos apartamos de ese mundo cayendo en un especie de letargo vital, de sentimiento de impotencia abrumadora que nos impide poner en marcha nuestras capacidades. Ambos extremos conducen a reforzar la noción de igualdad ilusoria, engendrando diferencias que sencilla y paradójicamente, la refuerzán aún más. 



Desandar el laberinto. Introspección en la feminidad contemporánea
Raquel Gutiérrez Aguilar 




sábado, 18 de marzo de 2017

Kaffeeklatsch inspirational quotes #1


El diablo la posee y no la posee aún: ella es ella y así se mantiene
Ni es del demonio ni es de Dios. 



La Bruja, Jules Michelet 



sábado, 25 de febrero de 2017

Robar con clase


Cuando uno entra a la exposición de Carlos III en Palacio, especialmente después de pasar más de media hora de cola cegado por el sol nuclear de Madrid en febrero, los tapices de oro puro parecen diseñados para un hotel de lujo en Los Ángeles, California,  allá por 1974. 

Añadan a esta psicodelia, meramente estética, la punzada de culpabilidad y vergüenza que se siente cuando se da cuenta de que, mientras Urdangarín está camino de Suiza con una mueca de puro placer en el rostro, usted ha hecho cola, ha pagado UNA PUTA ENTRADA, para poder disfrutar durante un rato de una serie de delicias -la muestra es realmente espléndida- en su día financiadas con el sudor de la frente de alguno de sus antepasados. Pero de los suyos, no de los de la Infanta. Cualquiera diría que nos gusta que nos den caña,como diría Max Estrella. 

Sólo un cosa, un pequeño detalle. Por lo menos Carlos III llevaba armiño y una corona inmensa y mandaba hacer chinoiseries y jarrones y bordados y cuadros en los que las lágrimas de Cristo te empañan los ojos, y todo eso al menos tuvo la deferencia de dejarlo en Palacio para que los españoles pudiésemos disfrutarlo a su muerte. Sí, pagando. Y haciendo cola. Y teniendo que aguantar la actitud del régimen monacal que rige Patrimonio Nacional, pero oiga, ¿qué puede decir usted a favor de Urdangarín y la Infanta Cristina? Que se compraron un piso en Suiza y lo demás se lo llevaron muerto para vivir de usted, así, sin armiño, ni lámparas de cristal, ni alfombras persas, ni porcelana china. Eso sí que es una estafa en toda regla. Y además muy cutre. 







Esta entrada es de Sergio, básicamente por ser Sergio, 
pero en particular por su exquisita defensa de la República y de la belleza, 
que para él son lo mismo. 

viernes, 24 de febrero de 2017

Kaffeeklatsch



Kaffeeklatsch  -literalmente, “café y cotilleos”, espacio de reunión de las mujeres a finales del siglo XIX- nace como propuesta de laboratorio para la celebración femenina. Un intento por registrar esa sensación de arrobamiento convocada en el estrado, el vestuario femenino, el grupo de Whatsapp con amigas, el gineceo. Esa corrala magistral donde se negocian, como diría Caitlin Moran, asuntos de la más absoluta magnitud: la estética y la ética, los embarazos no deseados, las ganas de follar, la depilación, la desigualdad, los sueños, la creación, la hermandad, el sarcasmo más absoluto como medicina ante toda injusticia, la menstruación, el arte que nos salva y que nos nutre, la salud, el amor. 

La idea de Kaffeeklatsch me asaltó el pasado verano cuando un grupo de investigadoras nos sentamos a hablar tras un congreso y levamos anclas del intelecto y del ego, de la marejada de olas feministas, de la necesidad de tener una posición absolutamente definida sobre la prostitución o Beyoncé. Y sí, nos inspiran Simone de Beauvoir y Virgine Despentes y Judith Butler, pero no queremos que la teoría estrangule nuestro mensaje, y a veces nos gusta también  volver a lo numinoso, a Safo, a Ntozake Shange, a Sylvia Plath y a Judy Chicago. Queremos desenmarañar y empezar por el principio, volver al origen, sentarnos en círculo y tomar nota de lo que cada una tenga que decir.

Kaffeeklatsch surge, pues, como un bálsamo que celebra lo femenino y busca explorarlo desde la raíz. Con lecturas compartidas, debates, conferencias, cinefórums y performances. Abierto a todo el que tenga algo que decir sobre este asunto en clave honesta y, por supuesto, creativa.   



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Johan Huizinga, en su célebre obra Homo Ludens, apeló firmemente al juego como semilla de toda manifestación cultural. "La cultura- decía-, primero se juega". La libertad de jugar, de no rentabilizar los resultados, he tenido la suerte de experimentarla dando clase de Historia del Arte en la universidad y sentándome entre los alumnos para escuchar lo que ellos tenían que decir. Desde entonces he estado investigando sobre posibles formas de invertir los procesos de aprendizaje, hacerlos más horizontales, exorcizar hasta donde nos dejen la estructura capitalista que al fin y al cabo subyace bajo el sistema de reconocimiento universitario (tanto para estudiantes como para investigadores).

Una de las vías a través de las cuales he explorado estas inquietudes ha sido el deseo de repensar una ética universitaria - y por extensión, global- que contemple lo femenino en todas y cada una de sus aristas, y lo celebre como el regalo terapéutico que representa. Después de seminarios, clases o "reuniones para reunirse", muchas mujeres -y algún hombre también- no quedábamos atrás de la curia papal y charlábamos "off the record" sobre temas que nos preocupaban con gran emergencia. Después nos empezamos a reunir de forma informal porque resulta que habíamos encontrado una fuente que no paraba de manar, y cada vez queríamos más. Definir implica, de alguna forma, limitar. Nosotros no sabíamos muy bien cual era nuestra posición teórica al respecto, a pesar de que habíamos leído mucho y bien, sólo buscábamos charlar, compartir, pero desde esa tábula rasa comenzaron a emerger ideas interesantísimas, así como diferentes proyectos creativos para ilustrarlas y fomentarlas.


Ana Amigo 
Febrero de 2017

viernes, 17 de febrero de 2017

Reflexiones sobre el amor (parte segunda): FEDERICO (ft. Craig David&Álex Ubago)



Para citar a Nietzsche me he puesto los grandes éxitos de Craig David, pero la versión publicada en España, la que incluye a Álex Ubago post-adicción a la cocaína acompañándole en Walking Away. Vaya puto temazo tío. Creo que ya en este blog he mencionado que, inexplicablemente, David inserta en algunas de sus canciones líneas filosóficas nada desdeñables y, aunque musicalmente no esté especialmente dotado, al final la producción y las reflexiones sobre los peligros del amor y de la fama hacen muy bien el apaño. 

En cuanto a Federico, es bien sabido que el amor en particular y el pathos en general le han interesado siempre mucho. Las anotaciones que siguen están tomadas de Humano, demasiado humano. En las dos primeras critica dos aspectos fundamentales en todo contrato amoroso, a saber: a) el fingir que el acto de amar es altruista y b) el no saber comprender la naturaleza cambiante del amor, prefiriendo destruir a lidiar con la incertidumbre. La tercera es una reflexión más amable y esperanzadora, donde el filósofo ofrece una vía digna para el amor, pese a sus ineludibles contradicciones. 


EL ENGAÑO DEL AMOR. Olvidamos voluntariamente ciertos hechos de nuestro pasado, los arrojamos de la memoria deliberadamente: tenemos el deseo de ver la imagen que refleja nuestro pasado, engañarnos y adularnos; sin cesar trabajamos en esta operación de autoengaño. Y pensaréis vosotros los que tanto habláis del "olvido de sí mismos en el amor", de "el abandono del yo a otra persona"; vosotros los que os jactáis de todo esto: ¿creéis que esto es cosa completamente distinta? Rompemos el espejo, nos transformamos con la imaginación en otra persona a quien no admiramos, y gozamos desde ese momento de nuestra nueva imagen, aunque la designemos con el nombre de otra persona; y ¿creéis que este proceso no es autoengaño, no es egoísmo? ¡Asombroso! Yo creo que los que se ocultan algo a sí mismos y los que se ocultan toda su persona a sí mismos se parecen a los que cometen un robo en el tesoro del conocimiento.  De donde es preciso deducir cuál sea el peligro que señala el axioma "conócete a tí mismo". 

CRUEL INVENCIÓN DEL AMOR. Todo gran amor engendra la cruel idea de destruir el objeto de ese amor para sustraerle de una vez para siempre al juego sacrílego del cambio, pues el amor teme el cambio más que la destrucción. 

AMOR Y DUALISMO. ¿Qué es el amor sino comprenderse y gozar viendo a otra persona vivir, obrar y sentir de una manera diferente de la nuestra y opuesta a la nuestra? Para que el amor lime los contrastes por el goce, no hace falte que suprima ni niegue los contrastes


En definitiva, "WHAT´S YOUR FLAVA?", que podríamos claramente traducir por "¿Cuál es tu deseo?", "¿Qué quieres de mí?". La eterna pregunta. El quid de la cuestión. 

jueves, 16 de febrero de 2017

B




Hace ya varios años que María y yo comenzamos un divertimento titulado "microtesis". Lo que ocurrió es que al final sólo se nos ocurrían temas para Beyoncé y, aunque lo seguimos comentando "off the record", de momento hemos tenido que frenar por no caer en la obsesión patológica. Como me parece que viene al caso en el contexto de recientes acontecimientos, hago públicas algunas de esas líneas temáticas que en su día empezamos a abordar, a la espera también de que os suméis en esta empresa tan estrictamente inútil como absolutamente necesaria.

       
  1.       B como canon de virtud 
  2.           B y Jay Z. Primer paso de Obama a la casa blanca
  3.            B y Jay Z, reyes del Olimpo MTV: el ascenso en 5 videoclips
  4.            La castidad como estrategia de marketing: el caso de B
  5.           Pantone: la baza de la minoría. Cuando perjudica y cuando no
  6.            Genealogía de divas: el caso de B
  7.           Tacones, aceite y B: la sexualidad en el siglo XXI
  8.          La perfección del producto o producto de la perfección: el caso de B
  9.         “Nothing real can be threaten”. B y la filosofía oriental. 
  10.      Sumisión, feminidad o feminismo. El caso de B



Reflexiones sobre el amor (parte primera): ARISTÓFANES




En mi opinión, los hombres no se dan cuenta en absoluto del poder del amor, porque si se dieran cuenta, le habrían construido los más grandes templos y altares, y le habrían ofrecido los mayores sacrificios, al contrario de lo que ocurre ahora. 


Platón, El Banquete

miércoles, 11 de enero de 2017

[SPOILER ALERT] Poesía y burocracia, al filo de los treinta



La primera vez que me enamoré casi me caigo de culo. Supongo que como casi todo el mundo. De eso hace ya más de diez años, pero aquella plataforma oceánica que se formó una vez enfriado el volcán de sudor en los garitos y tiriteras haciendo el amor en cualquier parte, esa placa tectónica gigantesca, constituye todavía hoy uno de los accidentes más significativos de mi geografía emocional. Y les diré por qué: ninguno de los dos buscaba nada. No había intención ulterior, no queríamos demostrar nada a nadie, ni siquiera a nosotros mismos. Sólo éramos. Y éramos juntos. Con todo el caos emocional que generamos, a veces incluso fagocitando a terceras personas en nuestra espiral descendente, teníamos en nuestras manos algo verdaderamente bello: poesía sin cortar, desconcertantemente pura, una mierda que pegaba muy muy fuerte. 

Poesía, en griego: "creación por pérdida".  Y poesía fue, no lo duden. Yo es que vivo de las citas, voy cosiendo mi discurso con pedacitos muy pequeños de autores muy muy grandes. Y ahora, cuando miro atrás y reflexiono sobre la naturaleza del amor, me sale al paso Jacques Derrida, ¡qué le voy a hacer!

3 de junio de 1977

y cuando te llamo amor mío, amor mío, ¿te lo llamo a ti o al amor mío? Tú, amor mío, ¿acaso es a ti a quien me dirijo? No sé si la pregunta está bien formulada, me da miedo. pero estoy seguro de que la respuesta,si ha de llegarme algún día, vendrá de ti. Sólo tú, amor mío, sólo tú habrás sabido. 

Es decir, y aún a riesgo de ser confundida con Sarah Jessica en algún capítulo antiguo de Sexo en Nueva York, me planto delante del ordenador y me pregunto: ¿Qué es, realmente, el amor? De forma genérica, digo. El amor en pareja, sí, pero también como expresión espiritual, como la forma en la que ejercemos nuestro trabajo, nos relacionamos con los semejantes, etc, etc...¿ese amor, qué coño es? Les diré lo que no es: ego, capitalismo emocional, medio de un fin ulterior, plataforma, dispositivo. 

Y entonces me doy cuenta de que todo se reduce a lo mismo en mi vida. Todas las batallas que he librado, todas las victorias, las pocas cosas importantes que he hecho estos 29 años con noventa y nueve céntimos giran en torno a la eterna pugna entre Poesía y Burocracia, sea de la escala que sea. Siempre luchando por atraer mucha poesía rica y pasar por los episodios burocráticos los más rápido posible. Así ha sido. Con una tasa de éxito relativamente alta. Y gracias a los amigos de Piedra Papel Libros, quizá pronto puedan ustedes ver algunas de esas reflexiones editadas. 

Le robo una cita de clausura a Heidegger, por no faltar a las buenas costumbres. 


Poetizar es por ello enteramente inofensivo. E igualmente ineficaz. No tiene nada de al acción que inmediatamente se inserta en la realidad y la transforma. La poesía es como un sueño, pero sin ninguna realidad, un juego de palabras sin lo serio de la acción. La poesía es inofensiva e ineficaz. 

[...] 

La poesía no es un adorno que acompaña la existencia humana, ni sólo una pasajera exaltación ni un acaloramiento y diversión. La poesía es el fundamento que soporta la historia. Que nuestra existencia sea en el fondo poética no puede, en fin, significar que sea propiamente un juego inofensivo. 

[...] 

La esencia de la poesía es la instauración de la verdad