viernes, 19 de julio de 2013

random

Hans Lang. Das Kleine Buch der Edelsteine in vielen Farben, 1928 
[ilustraciones reproducidas en Flúor #07, 2013]

Me llegó ayer el último número de Flúor. Aunque sigo sin entender por qué les hace las editoriales un mono y qué clase de política interactiva de Dora la Exploradora intentan desarrollar en en su página de Facebook, he de reconocer que casi siempre encuentro contenidos muy buenos en esta revista. Me ha encantado la historia de Jimmie Durham, sobre todo porque se ha marcado un puntazo ilustrándola con una serie de láminas muy inquietantes de Hans Lang (la reproducción es mía, obviamente casera, pero todo lo que he encontrado en la red tiene marcas de agua de páginas de coleccionismo y alucinados de las gemas).

Idem 


Leonardo y otros adelantados como William Harvey ya lo habían dado todo siglos antes con el tema de la ilustración didáctica de anatomía humana, flora, fauna y piedras preciosas. Pero no será hasta el siglo XIX, con la muerte de la Naturaleza - en tanto que Dios-, cuando nos entre de verdad el furor por reproducir y coleccionar en nuestras casas este tipo de documentos. En mi opinión el género alcanzaró su máximo exponente con los coleccionables de kiosko noventeros como La Naturaleza en tus Manos, uno de los mejores formatos que la cultura burguesa haya alumbrado jamás. 



William Harvey. De motu cordis, 1628

Yo, por mi parte, quería ser bióloga marina y me encantaban los loros. La afición de N por comprar libros raros y, a poder ser, infantiles, ha hecho que cuente en casa con una colección sobrecogedora de álbumes de peces y pájaros tropicales sobre la que probablemente me anime a profundizar más adelante. 






No hay comentarios:

Publicar un comentario