domingo, 23 de noviembre de 2014

Luz en la tripa, catarsis en el mármol


Guau. 

Quiero decir, dejando al margen las ausencias que Patrimonio no le dejó a Delfín poner en su cajita de música barroca -quizá paliadas con un porcentaje de dibujos ligeramente exagerado-, dejando a un lado los 15 euros de entrada, las señoras con visón y todas estas convenciones que tanto suelen incordiarme y que, por otra parte, ya es hora de que vaya asumiendo como ingrediente indisoluble de toda exposición que se precie, dejando de lado todo esto, holly fucking shit. 

Siempre prevalece la poesía, después de todo. Por mucho que uno se pierda y se desvanezca la fe en la estética, lo altruista, lo pura y netamente lírico, la poesía siempre vuelve a ponerse encima como el aceite, siempre le llena a uno la tripa de luz. Hace seis años me hubiese hecho un tatuaje recordándome esto para tenerlo presente en los malos momentos.

¿Sabes esas veces que no sabes lo que sientes y es una canción la que te lo revela, palabra por palabra? Bernini es eso y mucho más. Bernini te expone todo su catálogo de emociones para que no tengas que decidir en el momento, para que las lleves contigo al salir de ese cofre de raso rojo y las uses cuando más te hagan falta. Bestial. Highly recommended

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