lunes, 10 de noviembre de 2014

Reverencias, referencias, o Georges Bataille y la academia

El gran Bataille hasta la polla en París, primavera de 1955:



En la práctica, no llegamos a un estancamiento absoluto, pero ¿qué ocurre? Solemos olvidar que el juego la filosofía es, como cualquier otro juego, una competición. Se trata de ir siempre lo más lejos posible. Estamos en la situación, en verdad humillante, de quien trata de establecer un récord. [...] Al haber aceptado la competición, he experimentado personalmente la necesidad de hacerme cargo de las dificultades en ambos sentidos, tanto en el sentido de la transgresión como en el sentido del trabajo. El límite está en la evidente imposibilidad de responder de forma satisfactoria en ambos sentidos a la vez. No quiero insistir. Me parece que sólo un sentimiento de opresión y de impotencia puede responder a la pregunta que he formulado. Estamos evidentemente ante un imposible. No es preciso resignarse, pero debemos de reconocer que la falta de resignación no nos salva de nada. Simplemente confieso lo que es para mí una tentación. En el sentido de la transgresión, que coincide con la pereza, vislumbro al menos el beneficio de la aparente inferioridad. Pero de todos modos es una mentira, no puedo negarlo, puesto que la competición está abierta y yo estoy formando parte de ella. [...] Estoy comprometido pese a todo. Por lo demás hoy estoy hablando ante ustedes y esto significa que no me satisface la soledad



















Tomado de BATAILLE, Georges, El erotismo, Barcelona, Tusquets Editores, p. 266.

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