Para
concluir, me gustaría invitar a una reflexión desde mi experiencia personal. No
es ninguna novedad que la Universidad y el medio académico atraviesan tiempos
difíciles, pero considero que a veces nos centramos más en el sistema externo y
no prestamos atención al malestar sistémico que encontramos en los
departamentos y grupos de trabajo. La situación de permanente lucha, el entorno
de desconfianza, los circuitos cerrados de ego… afectan directamente a
la calidad de la producción científica. Es verdad que, como dijera George
Bataille, la censura económica nos sitúa en una posición humillante, pero se
debiera hacer un esfuerzo por propiciar una comunidad científica más
responsable, menos agresiva y, en definitiva, cuya calidad humana estuviese a
la altura de los trofeos que tanto ostenta.
[Tomado de la ponencia para el I Seminario de Doctorado del Departamento de Arte II (mayo 2015)]
No hay comentarios:
Publicar un comentario