miércoles, 10 de febrero de 2016

Referencias, reverencias o Hegel y la academia (dialéctica del amo y el becario)





El hombre puede desear una cosa, pero si la desea la desea humanamente: la desea si otro hombre la desea. Impongo mi deseo al de este y lo obligo a reconocerme en mi superioridad y a reconocer mi derecho a la cosa. No habría –y aquí reside la agudeza de este análisis– un deseo inmediato de la cosa. El hombre no desea una cosa de modo inmediato, como el animal, sino mediato. La desea porque otro la desea y la desea para imponerse a este otro y hacerse reconocer por él. Ahora bien, si desea la cosa para lograr que el otro, sometiéndose, deje de desearla y se la entregue desistiendo de ella, vemos que eso que en verdad desea sigue siendo el deseo, el reconocimiento del otro. 

¿Cómo es esta lucha por el reconocimiento? 

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